Ingredientes:

    Crema:

   - 1 vaso de zumo de limón

   - 1 vaso de azúcar

   - 1 vaso de agua, sin cloro

  - 1 tetra brik de leche evaporada

   - 1 caja de gelatina de limón

   Caramelo:

   - 1 /2 vaso de azúcar

   Bizcocho:

   - 3 huevos

  - 150 gr de harina de repostería

  - 150 gr azúcar

  - 1 cucharadita de levadura Royal

   Preparación:

   1.- Se prepara el bizcocho: en un bol se pone los huevos bien batidos, se añade el azúcar y se bate bien; a continuación, se añade la harina y la levadura Royal. Se coloca en un molde redondo previamente untado con mantequilla o aceite y se lleva al horno, que estará precalentado a 185 º C. Se hornea a 185 º C, temperatura arriba y abajo durante 30 minutos. Se saca del horno y se deja enfriar. Una vez frío se parte por la mitad y se reserva para después rellenarlo.

   2.- En un cazo se pone un vaso de agua y otro de azúcar, se disuelve bien el azúcar y se le añade los dos sobres de gelatina, se disuelve bien todo y se lleva al fuego moviéndolo continuamente y se apaga antes de llegar al punto de ebullición. Se deja reposar hasta que esté templado. Una vez templado se le añade el zumo de limón.

   3.- Preparamos la leche evaporada que hay que montarla, igual que la nata, si está muy fría se monta mejor. Una vez montada, se añade a la gelatina poco a poco para que no se baje la leche evaporada.

   4.- En el molde se prepara el caramelo, se hace a fuego suave con el azúcar, una vez hecho se pone una rodaja de limón en el centro.

   5.- La crema que tenemos preparada con la gelatina y la leche evaporada se divide en tres partes.

 6.- En el molde, sobre el caramelo se pone una capa de la crema que tenemos preparada, a continuación, se pone una de las láminas del bizcocho, se echa otra parte de la crema, se tapa con la otra parte de bizcocho y se cubre todo con la parte restante de la crema de gelatina y leche evaporada.

   7.- Ahora se lleva al frigorífico y se deja enfriar.

   Nota: esta tarta hay que servirla fría y está mejor de un día para otro. También se puede congelar y mantiene perfectamente sus características en cuanto a textura y sabor.